Aunque parecía que el día no iba a acompañar, al final nos permitió pasar un ratito en el patio y disfrutar haciendo fotos. Como ya habíamos planificado en la sesión anterior, nuestra intención era utilizar reflectores para reflejar la luz y mejorar nuestros retratos. Pues bien, después de unas mínimas nociones de iluminación, rutinas del movimiento del sol y dirección de su luz, posición del reflector y diferenciación entre zonas de luz y sombra nos fuimos al patio a practicar y, de esa práctica, quedaron fotos muy curiosas...
Como la sesión se iba animando, decidimos hacer utilizar nuestro cuerpo para rebotar la luz y, como es normal y pasa muy frecuentemente, nuestro cuerpo cuando rebota la luz deja en el lado opuesto una zona de sombra que, comunmente, viene a ser nuestra propia sombra. Pues bien, combinando nuestra sombra con nuestro propio movimiento (concepto que estudiaremos en la próxima sesión para entender cómo una cámara puede congelarnos en el aire y obtener fotografías espectaculares) obtuvimos fotografías como las siguientes...
Como suele ocurrir, al final acaban saliendo fotografías que no buscábamos, pero de las que igualmente aprenderemos en la próxima sesión.
Estoy seguro de que much@s de vosotr@s tenéis en vuestra cámara fotografías tan curiosas como las que os acabo de mostrar. Estaré encantado de publicarlas en el blog si me las hacéis llegar.
Para terminar, estuvimos finiquitando nuestro experimento de caja negra en clase, una vez que se fue la luz y el frío comenzó a avisarnos de que era mejor recogerse. Quedan algunos detalles que pulir en algunas cajas. Lo veremos en la próxima sesión.
Nada más, chic@s. Este PROFUNDIZA llega a su meridiano y todavía nos quedan muchas cosas por hacer. Como esperaba, se me está haciendo muy, pero que muy, corto.
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